Hola. ¡Tengo tanto para contarte!
Han pasado muchas cosas buenas, lindas, desde que te fuiste. Cada día y en cada momento intenso, te pienso, y quiero compartir eso contigo.
Te has convertido en un Ángel que va siempre a mi lado, en silencio. A veces me detengo, te abrazo desde el alma, y no puedo evitar algunas lágrimas. Pero, enseguida me parece oírte diciéndome: “no seas boba, no llores”.
¡Cuánto te extraño!
Hoy te llamaría. ¡Cómo te llamaría!
Hay momentos en que tengo tanto para hablar contigo. ¡Tanto!
Necesito tu opinión muchas veces, y
no estás aquí.
Momentos alegres para compartir; una duda; una ilusión que contarte...
Y no estás aquí.
Los años han pasado y aún te extraño.
El tiempo sigue, la vida continúa, y es tan difícil sin ti.
Hoy te llamaría. ¡Cómo te llamaría!