A veces, sólo puedo escribir
palabras sueltas,
sin sentido;
formas abstractas
del sonido;
y de pronto me veo
discurrir
por lugares
abiertos,
sobre la palma de
la mano,
vagando por valles
desiertos…
A veces, sólo
puedo sentir
el sonido del
viento,
soplando sobre las
persianas
entreabiertas de
la ventana.
Otras, me alejo
despacio
para lograr la
perspectiva necesaria.
Pero, siempre, en
la bruma
de los sueños y la
distancia,
está esa tibieza
del alma
que vuelve, que
late y palpita.
Lo sutil, lo leve
y lo abstracto,
se unen, se juntan
y potencian
en una larga
lista.
Ivalopano