Barrio
Peñarol. Un lugar con identidad ferroviaria. Con un origen de trabajo y esfuerzo.
El ferrocarril y sus talleres, son el sello de presentación, la carta de
identidad del barrio.
Después de una época de crecimiento, la
empresa de ferrocarriles estatal ha ido decayendo año a año, viendo pasar, no
obstante, muchas generaciones de funcionarios que hemos aprendido a quererla.
En el sacrificio y el
esfuerzo, sin inversiones del Estado, siempre subsidiado, el ferrocarril uruguayo
es el hijo pobre y mal vestido de la familia. Sus trabajadores, también nos
hemos mimetizado con esta forma de subsistir: "como se pueda y con lo que haya".
Hoy en el siglo xxi, (año 2010), está
tambaleante y harapiento. Nosotros, serios y con los puños cerrados, hacemos
fuerza para que no se nos caiga a pedazos. Viajamos en un coche motor del año
1930, sin calefacción y con entradas al taller, para reparación, casi a diario.
Un taller de fines del siglo xix
que trabaja con herramientas de aquella época; que no se ha modernizado ni
actualizado. El ingenio de los funcionarios hace que, aún hoy, esté sobre las
vías, remendado, sosteniendo sus ventanillas, a veces, con un trozo de alambre.
El tapizado de los asientos está lleno de parches. ¡Noble esfuerzo! ¡Y hay
gente que se atreve a decir que los ferroviarios «no le ponemos el hombro» a la
empresa! Otros, creen que, porque plantean proyectos de «renovación», sin
sustento ni inversión, son ferroviarios.
Ser ferroviario encierra mucho más que trabajar transitoriamente en el ferrocarril; mucho más que inventar un proyecto ficticio e irrealizable, mientras se gastan buenos miles en pagar una consultoría, sabiendo de antemano, que no habrá dinero para la inversión necesaria; mucho más que la teoría hipócrita, que sabe desde el comienzo, que sólo creará textos y números que quedarán en un cajón, sin sentido y sin futuro.
Ser ferroviario significa identidad, solidaridad, compañerismo, más allá del lugar de trabajo; humildad y esfuerzo cotidiano.
La vida del ferroviario es simple y sencilla como el tren descolorido y ruidoso que corre sobre los rieles, aguantando las críticas de los que tienen todas las soluciones, pero, sin embargo, seguimos igual.
Ivalopano