Piensas en mí. Lo sé.
Estoy en tus
insomnios,
en tu música, en
tus lecturas,
y en esos poemas guardados
como tesoros.
Mis versos y mi voz
quedaron en tus
oídos;
mis manos, sobre
tu piel,
sin olvidos;
porque te he
calcado
con la punta de
mis dedos,
y he construido
espacios que llenarás
únicamente en
sueños.