En la punta de mis dedos,
he calcado la forma de tus labios,
el tamaño de tus ojos,
cada surco de tu frente.
He calcado tu cara, tu pelo...
En la punta de mis dedos,
he guardado el calor de tu piel.
Mi sangre ya no olvida
cómo a tu lado latir.
Mis manos saben cómo vibras
y te elevas al contacto.
Mis besos, mis labios lo saben.
Mi piel y mi boca lo saben...
Con la punta de mis dedos
te he calcado para siempre
en el pensamiento.
Mis manos saben y conocen
tu emoción, mi sentimiento.
Ivalopano